miércoles, 30 de mayo de 2012

Las cosas que deben suceder con prontitud.

Se presentan a continuación dos expresiones muy significativas para la tarea que nos ocupa. Ellas son las cosas que deben suceder con prontitud ; Ap.1:1), y las cosas que están por ocurrir después de estas; (Ap.1:19).
Cuando se toma en cuenta el hecho fehaciente de que ya van cumpliéndose setecientos mil días (!) desde que APOCALIPSIS le fuera revelado al apóstol Juan, estas dos expresiones iniciales presentan conflictos en su interpretación gramatical cuando APOCALIPSIS pretende ser adjudicado a la Iglesia.
Si esto fuera así, desde el tiempo de la Iglesia Primitiva cabría la pregunta... ¿En dónde están esos terribles acontecimientos por ocurrir con prontitud ?
Claro está... siempre habrá campo para la espiritualización o subjetivización del Texto. Sin embargo, si aún así se pretendiera objetar que tales expresiones significan "de pronto" o "sin previo aviso"  se observa en el primero de los casos (las cosas que deben suceder con prontitud ), que la preposición asociativa jejn (=con) presenta una barrera gramatical dificil de salvar. En el segundo caso (las cosas que están por ocurrir ), es digno de notar que la perífrasis formada por los verbos mevllei y genevsqai se esfuerza en su interconección por indicar la inminencia de los acontecimientos. (Quizá la traducción mas apropiada aquí sería: "las cosas que están a punto de ocurrir").
Si el análisis de estas expresiones se realiza en una forma laxa, entonces, lo menos que experimentará el lector honesto antes de volver la primera página del Libro será perplejidad. Si en cambio la interpretación se orienta en el sentido de que APOCALIPSIS -en su totalidad- aún no ha sido revelado a sus destinatarios , entonces, la acostumbrada luz que surge por la interpretación gramatical de otros pasajes de la Escritura, sobreviene también a esta parte del Texto.
Dentro de este mismo órden de ideas es interesante observar, por ejemplo, cómo la Biblia contrapone expresiones que mesuran distintivamente el tiempo del Advenimiento.
En EVANGELIOS, Jesús ya advirtió a los judíos que "aunque su Señor viniese a la tercera vigilia, bienaventurados serían los siervos que estuviesen preparados" (Lc.12:38), indicando con esta expresión lo larga que habría de ser para Israel la espera de su Mesías en gloria.
APOCALIPSIS, por el contrario, declara que "el tiempo está cerca"  y que las cosas allí descritas deben suceder "con prontitud" (Ap.1:1,3; 22:6b).
La siguiente explicación es ofrecida para tales diferencias: La tercera vigilia (esto es, tarde en la noche) habla del extenso período en la posposición del Reino de los Cielos, tipificado también por el cabeceo de las vírgenes (Mt.25:5), cuyo lapso de tiempo va cumpliendo su segundo milenio y en donde el registro de Mt.14:25 pudiera tener un alcance profético mucho mas dramático y significativo de lo que fué para los discípulos en aquella pequeña barca.
En cambio, en el caso que nos ocupa, "las cosas que están por ocurrir con prontitud" aún no han sido reveladas a sus verdaderos destinatarios - los israelitas- y ellas se harán presentes inmediatamente después que la Iglesia -el Cuerpo de Cristo- haya partido para encontrar a su Esposo en el aire (1Ts.4:16-17).
Entonces, solo entonces, retomará vigencia todo el campo de la profecía bíblica respecto al Reino de los Cielos, y esto incluirá ciertamente a los tres primeros capítulos de APOCALIPSIS. Comenzará la Septuagésima "semana" de Daniel (Dn.9:24) y, en un período extraordinariamente corto para semejante acontecer (77 meses), se sucederán todos los hechos descritos en los primeros 19 capítulos de APOCALIPSIS: ". . . las cosas que deben suceder pronto ".

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