jueves, 17 de mayo de 2012

La fe

La fe

Lucas 17:5
Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.
6) Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar, y os obedecería.
La fe no es un producto del intelecto, no tenemos que convencer a nuestro intelecto que tenemos fe, si así fuera las personas mas inteligentes serian la de más fé; Tampoco es la fé un producto emocional, de tal manera que nuestros sentimientos pudieran crear en nosotros fé, si así fuera las personas mas sentimentales serian las de mayor fe. La mujer por su naturaleza es el ser mas sentimental y emocional e la tierra, así que si la fe tuviera que ver con los sentimientos y las emociones nuestras hermanas serian las campeonas de la fé, estarían resucitando muertos todo el tiempo, no habría viudas, porque cuando muriese el esposo ellas allí entre lágrimas clamarían al señor y el milagro seria hecho. Los apóstoles veían a Jesús hacer tremendos milagros, y en esta oportunidad, en Lucas 17:5, se animaron y le pedieron al Señor que les aumentara la fé, Jesús entonces les da esta maravillosa respuesta;“Si tuvieran fé como un grano de mostaza podrían trasladar los árboles al mar”, ¿Quién no quisiera tener esa fé?, cuantos problemas solucionaríamos, cuantas victorias celebraríamos. Pero Jesús no oro por sus discípulos para que recibieran mas fé, y ellos quedaron como usted y yo, esperando tener, algún día, fé como un grano de mostaza. Ahora vamos a tratar de discernir lo que Jesús quiso que entendieran los apóstoles, y quiere que comprendamos también nosotros. Si usted esta pensando “yo no tengo fe” o “me parece que nunca voy a tener esa fé”dejeme decirle que Dios lo eligió de



entre muchísimas personas, mas de 6.000 millones de personas hay hoy en el mundo y Dios le escogió a Ud para que experimente una vida de fe, y por la fe alcance la salvación. La Biblia nos enseña que el hombre no tiene fe ni para salvarse, Efesios 2:8 dice “…por gracia sois salvo por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras; para que nadie se gloríe”..Se da cuenta? La fe es una actividad espiritual, Dios permite una adversidad en su vida, por ejemplo una enfermedad, y le da fe (a través de su palabra, pues la fe viene por el oír) para que Ud busque a Dios y El le sane esa enfermedad; cuando El le sana esa medida de fe se agoto, termino, llego a su fin porque Ud consiguió lo que buscaba, la fe produjo una obra. Ahora Ud esta sano pero sin fe ¿Cuál es la diferencia?, ahora conoce al dador de la fe, y tiene que animarse a pedir mas fe, para alcanzar la salvación, para prosperar en la vida, etc.
¿Cuántas personas conoce Ud que Dios a hecho un milagro en sus vidas y sin embargo no alcanzan la salvación? ¿Cómo aumentamos nuestra fe? Rom.10:17dice: “la fe es por el oír, y el oír por la Palabra de Dios”; lo único que puede engendrar fe en nosotros, lo único que puede aumentar nuestra fe, es la Palabra, oír la palabra, hablar la Palabra hace que nuestra fe aumente. Rom. 10:10 dice: “Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”. Que importante es confesar la Palabra de Dios, David descubrió la importancia de confesar las Promesas de Dios, y llego a exhortar a su propia alma para que bendiga y alabe a Dios por lo que EL había hecho en su vida, y lo que haría aún por el. El salmo 103:1-5 dice de la siguiente manera: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ningunos de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades. El que sana todas tus dolencias. El que rescata del hoyo tu vida. El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila. ¡Que confesión de fe! Que confianza en el Señor. David pudo verse a si mismo como Dios lo veía; sabe? a nosotros nos cuesta vernos como Dios nos ve, por lo general nos vemos como nosotros nos vemos y no como Dios dice que somos en Cristo, hermano y amigo, Dios dice que tu eres su especial tesoro(Mal. 3:17), la niña de sus ojos(Zac. 2:8), eres nueva criatura(2 Cor. 5:17), te ha sido dada la vida eterna(S.J. 6:47)te ha enriquecido(1 Cor. 1:5) , dispones de toda bendición celestial(Ef. 1:3) y estas sentado con Cristo en el cielo(Ef. 2:6), eres acepto en el Amado(Ef.1:6) y completo en El(Col. 2:10). EL te mira a través de su hijo, eres miembro de su(único)cuerpo, de su carne y de sus huesos(Ef. 5:30), eres pueblo escogido, real sacerdocio, nación santa(1Ped. 2:9), y reinaras con Cristo(Ap. 22:5), como te estas viendo mi hermano, mi amigo?, ¿como eras antes de conocer a Cristo?, La Palabra de Dios dice:”las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”(2 Cor. 5:17), para el que esta en Cristo. Te estas viendo por lo que eres, por lo que tienes?; Lo que tu pienses, lo que tu creas de ti mismo, es lo que vas a confesar, porque la escritura dice:”de la abundancia del corazón, habla la boca”, ¿has prestado atención a lo que estas confesando últimamente?,¿esta de acuerdo a lo que Dios dice de ti?, Sabes? La conversación de un cristiano debe reflejar que esta viviendo en el poder de una nueva vida en CristoJesus, rey de Reyes y Señor de Señores, Jesús le dio una gran importancia a las cosas que decimos, en Mat. 12:36-37 dijo el Señor:”Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. Necesitamos confesar la Palabra de Dios y confesar lo que Dios dice que somos en Cristo, Necesitamos hablar la Palabra y escuchar la Palabra, recuerda que la fe viene por el oír? Miremos el ejemplo de Mc.11:23”porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será echo lo que dice, lo que diga le será hecho”, Jesús les dice a sus discípulos: cualquiera que hable sin dudas en su corazón, lo que dice le será echo; No les pidió que tengan muchísima fe para poder trasladar una montaña, sino que hablen, que confiesen la Palabra sin dudas, porque en un corazón lleno del amor de Dios, y bajo la autoridad de Dios hay un deseo de hacer la voluntad de EL, hay una total sumisión a EL, y el Espíritu Santo dará vida y poder a tus palabras. Necesitamos renovar nuestro lenguaje, necesitamos confesar la Palabra de Dios, confesar no es búsqueda de perdón, sino decir en voz alta nuestra conformidad con la Palabra del Señor, decir lo que Dios a hecho por nosotros y en nosotros por Jesucristo, necesitamos confesarnos a nosotros mismos la Palabra de Dios para meditarla, para creerla, David en el salmo 103 se hablaba a si mismo como diciéndose “saca tu mirada de tus problemas y mira a aquel que es poderoso para solucionártelos” y enfoca su atención a lo que Dios hace: “perdona mis pecados, sana mis dolencias, rescata mi vida, me corona de favores y me sacia de bienes”; Hay situaciones en nuestras vidas en que nuestra reacción natural es el miedo, cuando se presenta esta reacción podemos hacer dos cosas: considerarlo todo con relación al miedo(escuchar al miedo, recluirnos en el miedo) y tendremos un sinnúmero de razones para no hacer lo que debiéramos, habremos permitido que el miedo nos domine y seamos inútiles en esa situación, o podemos, con nuestra fé, impedir que el miedo nos domine confesando la Palabra de Dios diciendo, por ejemplo, “el Señor ha dicho no temas, yo siempre estaré contigo”, alguien dijo me gusta poner mi nombre en cada promesa, así reconozco mi incapacidad, mis limitaciones, mis miedos y oigo la respuesta de Dios a mi reacción de temor, otro texto apropiado seria “Juan, Pedro, María, no te he dado espíritu de temor sino de amor, poder y dominio propio”. Debemos confesarle la Palabra a Satanás no para conversar con el, porque es mentiroso, engañador y vino para hurtar, matar y destruir, sino debemos apartarlo, despedirlo, resistirlo cuando venga a tentarnos, como hizo Jesús confesando la Palabraescrito esta…”y en otra oportunidad “apártate de mi Satanás”.Debemos confesarnos la Palabra unos a otros, Pablo nos exhorta en Ef. 4:29 diciendo:”ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”, y en el verso 25 dice: “por lo cual desechando la mentira hablad verdad cada uno con su prójimo porque somos miembros los unos de los otros”;Como hijos de Dios ya no hablamos comos los demás, no decimos groserías, malas palabras, frases con doble sentido, etc., hemos cambiado nuestro lenguaje, pero Dios quiere que hablemos verdad entre nosotros, que hablemos lo que Dios dice que haremos, lo que Dios dice que alcanzaremos en CristoJesus, quiere que nos edifiquemos mutuamente confesando la verdad de una nueva vida en Cristo, y edificar es enseñar, corregir, amonestar, restaurar con paciencia y mansedumbre, “porque el amor de Dios a sido derramado abundantemente en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”(Rom.5:5). Y por ultimo debemos confesar la Palabra a los no-creyentes, Rom. 10:14 dice: “¿Cómo creerán en aquel de quien no han oído?”, Tenemos que confesar la Palabra a nuestros parientes, amigos, vecinos y aun a desconocidos siendo sensibles a la voz del Espíritu Santo que nos dirá cuando es la oportunidad justa para hablar y también pondrá una palabra especifica en nuestra boca para que esa persona reciba la buena semilla y pueda crecer y producir buenos frutos.”…Cerca de ti esta la Palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la Palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, serás salvo”. (Rom. 10:8-9)

J C L

lunes, 14 de mayo de 2012

¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE LAS 5 SOLAS DE LA REFORMA EVANGÉLICA O PROTESTANTE?

En la revista TIME de Junio, 1999 hablando de Billy Graham y los protestantes,  Harold Bloom, dice: “Por al menos 40 años, Graham ha sido el 'papa' de los protestantes en América”. Luego aclara, entre paréntesis: “(si es que protestantes es aun la palabra adecuada)”. 
Hoy día, los protestantes ya no le hacen honor a su nombre. Y es que los protestantes contemporáneos, en lugar de protestar, se ajustan a la superficialidad y los errores de la época.   
La adoración bíblica es deformada por la autocomplacencia del entretenimiento religioso, y los protestantes no protestan. La pureza de la doctrina bíblica es mancillada por la desviación secular, y los protestantes no reaccionan. Los mandamientos de Dios son sustituidos por psicologías populares de realización personal, y los protestantes ni se percatan. 
Los protestantes originales no fueron así. Ellos no eran guiados por la cultura de la época. Se pusieron bajo la autoridad de las Escrituras y se ajustaron a sus mandatos. Se apoyaron en las promesas de Dios y se dedicaron a conocer, obedecer y predicar la verdad. Así lograron que la iglesia influyese sobre la sociedad en lugar de que la sociedad influyera sobre la iglesia. 
Siempre ha habido, aun entre los protestantes más puros, algunas divisiones y controversias. Sin embargo, entre los verdaderos protestantes, estas controversias han girado alrededor de cosas no-esenciales. Pero en las cosas esenciales ha habido unidad. 
Durante la Reforma, estas cosas esenciales fueron expresadas en cinco lemas, conocidas como las cinco "Solas" de la Reforma Protestante: Sola Scriptura. Sola Christus. Sola Gratia. Sola Fide. Sola Deo Gloria. 
Estas cinco "solas" expresan los principios que guían al verdadero protestantismo. (Estos lemas eran expresados en Latín pues este era el lenguaje académico de la época; por eso se les conoce históricamente como las "Solas=Sólo"). 
A través de ellas, los protestantes declaran su sometimiento a la suficiencia y el poder de lo que Dios ha revelado en las Escrituras y en su Hijo Jesucristo, y su determinación a que Dios sea reconocido como el único digno de toda gloria. 
SOLA SCRIPTURA - SÓLO LA ESCRITURA 
Este lema define la función de las Escrituras como única autoridad sobre la iglesia. Así como los protestantes del siglo dieciséis y diecisiete rechazaron la autoridad del papado, los protestantes contemporáneos deben hoy rechazar toda autoridad extra-escritural sobre la iglesia. Cualquier autoridad, organización, experiencia, liderazgo o práctica dentro de la iglesia debe estar sujeta al lema de "Solo la Escritura".  
Predicar fielmente y escuchar atentamente la Palabra de Dios tiene que volver a ser un acto central en la adoración cristiana. La aplicación de las enseñanzas bíblicas a la vida práctica y cotidiana de los cristianos y de la iglesia es nuestra tarea continua. El  entendimiento y la implementación práctica de las verdades bíblicas son indispensables para la salud, el cuidado y la disciplina de la iglesia.  
La doctrina de que la Biblia es por sí sola la autoridad suprema, fue el “Principio Formal” de la Reforma. En 1521, en el histórico interrogatorio de la Dieta de Worms, Martin Lutero declaró su conciencia cautiva a la Palabra de Dios diciendo: “Al menos que se me convenza mediante testimonios de la Escritura, y claros argumentos de la razón (porque no le creo ni al Papa, ni a los concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado y se contradicen entre sí), por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a  mi conciencia y ligado a la Palabra de Dios.”
Del mismo modo, la Confesión Belga (1561) estableció: “Creemos, que esta Santa Escritura contiene de un modo completo la voluntad de Dios, y que todo lo que el hombre está obligado a creer para ser salvo se enseña suficientemente en ella… Tampoco está permitido igualar los escritos de ningún hombre (a pesar de lo santos que hayan sido) con las Divinas Escrituras, ni la costumbre con la verdad de Dios (pues la verdad está sobre todas las cosas), ni el gran número, antigüedad y sucesión de edades o de personas, ni los concilios, decretos o resoluciones; porque todos los hombres son de suyo mentirosos y más vanos que la misma vanidad. Por tanto, rechazamos de todo corazón todo lo que no concuerda con esta regla infalible…” (VII).
La Escritura solamente es la regla inerrante de la vida de la Iglesia, pero una buena parte de las congregaciones de hoy le han quitado a la Escritura su función de autoridad. En la práctica la Iglesia se guía con mucha frecuencia por la cultura. Las técnicas terapéuticas, las estrategias de mercadeos y el ritmo del mundo del entretenimiento y de los medios de comunicación tienen mucha más influencia sobre las necesidades, el funcionamiento y los objetivos de la Iglesia que la Palabra de Dios. Muchos pastores han descuidado su derecho y obligación de decidir y supervisar los servicios de adoración, que incluye el contenido doctrinal de la música. En la medida en que la autoridad bíblica ha sido abandonada en la práctica, las verdades bíblicas se desvanecen de la realidad cristiana y las doctrinas bíblicas han perdido importancia, la Iglesia poco a poco se ha despojado de su integridad, autoridad moral y dirección. 
En lugar de adaptar la fe cristiana para satisfacer las necesidades que sienten los consumidores, debemos proclamar la Palabra de Dios como única medida de verdadera virtud y el evangelio como el único mensaje de verdad salvadora. La verdad bíblica es indispensable para el entendimiento, alimento y disciplina de la Iglesia.
La Escritura debe transferirnos de nuestras necesidades percibidas a nuestras necesidades reales, y debe liberarnos de nuestra miopía de vernos a nosotros mismos a través de las imágenes seductoras, clichés, promesas, y prioridades de la cultura de las masas. La única manera que podemos comprendernos correctamente a nosotros mismos y ver las provisiones de Dios para suplir nuestras necesidades es a la luz de la verdad de Dios. La Biblia, por consiguiente, debe ser enseñada y predicada en la Iglesia. Los sermones deben ser exposiciones de la Biblia y sus enseñanzas, y no expresiones de las ideas y opiniones de la época y culturas. No debemos ir más allá de la verdad que Dios nos ha dado.
El trabajo del Espíritu Santo en la experiencia personal no puede estar desconectado de las Escrituras. El Espíritu de Dios no habla en forma contraria o independiente de las Escrituras. Sin las Escrituras nunca hubiéramos conocido de la gracia de Dios en Cristo. La Palabra bíblica, no las experiencias espirituales, son la base de la verdad. 
Salmo 119:18; Abre mis ojos, y miraré Las maravillas de tu ley.  Salmo 138:2; Me postraré hacia tu santo templo, Y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas. 2 Timoteo 3:16-17; Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Hechos 17:11; Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Gálatas 1:8; Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 2 Corintios 4:2; Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios. Romanos 1:16; Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 2 Timoteo 4:2-4; que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.  2 Timoteo 2:15; Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 1 Timoteo 6:3,4,5.; Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.
SOLUS CHRISTUS - SÓLO CRISTO
Este lema define el origen y el objeto central de la fe cristiana. Los protestantes se opusieron a exaltar cualquier cosa que no fuera la suficiencia de Cristo. Ningún ritual. Institución o individuo puede ni debe ser motivo de confianza sino Cristo. Ningún proyecto, visión o necesidad debe competir por el lugar primario de Cristo en la iglesia. Ninguna filosofía, ideal o argumento debe ser predicado en la iglesia que no exalte a Cristo y su muerte en la cruz por el pecado de los hombres. Tenemos fe en Cristo, no fe en la fe, o en las oraciones, o en la iglesia, en los líderes o en las instituciones. Solo Cristo es digno de confianza pues Él es el único salvador y el autor y consumador de nuestra fe. Solo en Él estamos completos. 
La Reforma hizo un llamado a la iglesia a regresar a la fe en Cristo como único mediador entre Dios y el hombre. Mientras la iglesia romana mantuvo que “hay un purgatorio y las almas que son detenidas allí son ayudadas por las oraciones intercesoras de los feligreses”, “los santos deben ser invocados y venerados;”, y que, “sus reliquias deberán ser veneradas”, los reformadores enseñaron que la salvación es solamente a través de la obra de Cristo. Como escribió Juan Calvino en “Institución de la Religión Cristiana: “…intervino Cristo, e intercediendo por nosotros tomó sobre sus espaldas la pena y pagó todo lo que los pecadores habían de pagar por justo juicio de Dios; que expió con su sangre todos los pecados que eran causa de la enemistad entre Dios y los hombres; que con esta expiación se satisfizo al Padre y se aplacó su ira; Que él es el fundamento de la paz entre Dios y nosotros... que no podemos albergar sentimiento alguno de su benevolencia y amor paterno hacia nosotros, sino en Jesucristo” (“Libro Segundo. Capítulo XVI. Punto 2). 
De la misma manera en el Catecismo de Heidelberg, Pregunta 30: “¿Creen pues también en el único Salvador Jesús, aquellos que buscan su salvación en los santos, o en sí mismos o en cualquiera otra parte? No, porque aunque de boca se gloríen de tenerle por Salvador, de hecho niegan al único Salvador Jesús: pues necesariamente resulta, o que Jesús no es perfecto Salvador o que aquellos que con verdadera fe le reciben por Salvador tienen que poseer en El todo lo necesario para su salvación.”
En la manera en que la fe evangélica ha sido secularizada, sus intereses han sido mezclados con los intereses de la cultura. El resultado es la pérdida de los valores absolutos, individualismo permisivo, y la sustitución de bienestar por santidad, recuperación por arrepentimiento, institución por verdad, sentimientos por creencia, destino por providencia, y gratificación inmediata por esperanza perdurable. Cristo y su cruz han sido desplazados del centro de nuestra visión.
Reafirmamos que nuestra salvación es obtenida por el trabajo mediador de solamente el Cristo histórico. Su vida sin pecado y su pago imputacional (sustitucional) solamente son suficientes para nuestra justificación y reconciliación con el Padre. 
Negamos que el evangelio sea predicado si la obra sustituta de Cristo en la cruz no es claramente declarada y la fe en Cristo no es solicitada.
1 Timoteo 2:5,6; Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. Colosenses 1:13-20; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,  y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. 1 Corintios 1:13, ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? 30, 31; Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.  Gálatas 1:9; Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Gálatas 5:4; De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. Romanos 1:16; Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Colosenses 2:10; y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. 1 Juan 1:7. Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
SOLA GRATIA - SÓLO POR GRACIA 
Este lema define el fundamento sobre el cual Dios acepta a los hombres. La gracia es lo contrario a salario o compensación. Cualquier cosa que una persona merezca o se haya ganado por su mérito o esfuerzo es compensación. Pero la gracia no tiene que ver nada con méritos personales.  
La gracia solo la puede disfrutar gente indigna. Esto es la esencia del Evangelio: Porque por gracia sois salvos…no por obras para que nadie se gloríe. 
Por la exaltación de esa gracia, que es lo único que ha movido a Dios a salvar a los pecadores, los protestantes abandonaron la confianza en sí mismos y en las promesas de las doctrinas romanas. No hay obra humana que pueda ser base de salvación. No hay método, técnica o estrategia que pueda transformar al hombre. La fe que salva no puede ser producida por el corazón humano, Dios la da sólo por gracia.
Un clamor central de la Reforma fue la “salvación por gracia”. Aunque la iglesia romana enseña que la misa es un “sacrificio [que] es verdaderamente propiciatorio”, y que por medio de la misa “Dios…. nos otorga la gracia y el don de la penitencia, remite nuestras faltas e incluso nuestros enormes pecados”, los reformadores regresaron a la doctrina bíblica de la salvación por gracia mediante la fe.
Nuestra postura justificada ante Dios es imputada por la gracia a causa de la obra de Jesucristo, nuestro Señor. En contraste con las doctrinas de mérito personal impartido por Roma, sola gratia y las doctrinas de la gracia, (depravación total, elección incondicional, redención particular, llamamiento eficaz y la perseverancia de los santos) fueron predicadas por todos los reformadores protestantes en todo el movimiento protestante. 
Como declara la Confesión Bautista de 1689, “Cristo, por su obediencia y muerte, saldó totalmente la deuda de todos aquellos que son justificados; y por el sacrificio de sí mismo en la sangre de su cruz, sufriendo en el lugar de ellos el castigo que merecían, hizo una satisfacción adecuada, real y completa a la justicia de Dios en favor de ellos; sin embargo, por cuanto Cristo fue dado por el Padre para ellos, y su obediencia y satisfacción fueron aceptadas en lugar de las de ellos, y ambas gratuitamente y no por nada en ellos, su justificación es solamente de pura gracia, a fin de que tanto la precisa justicia como la rica gracia de Dios fueran glorificadas en la justificación de los pecadores.”
Somos rescatados de la ira de Dios solamente por su gracia. El trabajo sobrenatural del Espíritu Santo es el que nos trae a Cristo a través de liberarnos de nuestra esclavitud del pecado y resucitarnos de la muerte espiritual a la vida espiritual.
Negamos que la salvación sea de alguna manera el resultado de alguna obra humana.
Métodos humanos, técnicas o estrategias, por sí mismas no pueden producir esta transformación.
De la misma manera la Fe no es producida por nuestra naturaleza humana no regenerada, sino un don de Dios y fruto de la gracia de Dios hacia sus escogidos. 
La Confesión de Fe de Westminster (1647) dice al respecto: “A todos aquellos a quienes Dios ha predestinado para vida, y a ellos solamente, le agrada en su tiempo señalado y aceptado, llamar eficazmente por su Palabra y Espíritu, fuera del estado de pecado y muerte en que están por naturaleza, a la gracia y salvación por Jesucristo; iluminando espiritual y salvadoramente su entendimiento, a fin de que comprendan las cosas de Dios; quitándoles el corazón de piedra y dándoles uno de carne; renovando sus voluntades y por su potencia todopoderosa, induciéndoles hacia aquello que es bueno, y trayéndoles eficazmente a Jesucristo; de tal manera que ellos vienen con absoluta libertad, habiendo recibido por la gracia de Dios la voluntad de hacerlo.
Este llamamiento eficaz es solamente de la libre y especial gracia de Dios y de ninguna otra cosa prevista en el hombre; el cual es en esto enteramente pasivo, hasta que siendo vivificado y renovado por el Espíritu Santo, es capacitado por medio de esto para responder a este llamamiento y para recibir la gracia ofrecida y trasmitida en él” (Cap. X).
Efesios 1:3-8; Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, Efesios 2:8-10; Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Romanos 4:4,5; Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Romanos 11:6; Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. Juan 6:44; Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Juan 6:64,65; Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.  1 Corintios 2:14, Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. Juan 3:3; Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Hechos 16:14,15; Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos.  Hechos 11:18; Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!  2 Timoteo 2:25,26; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.  Hechos 13:48; Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Filipenses 1:6. Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
SOLA FIDE - SÓLO POR FE 
Este lema define cuál es el medio único por el cual se puede alcanzar la salvación. Dios por su gracia da fe al pecador para creer en Cristo y ser salvo. Esa fe es el medio. Dios no salva a alguien automáticamente si no cree. 
Nadie nace salvo, nadie hereda la salvación, ni nadie puede salvarse a sí mismo o salvar a otros. Sólo la fe puede conducir a la salvación, y esa fe es en Cristo, y esa fe nos es dada por gracia. 
Este fue el aspecto crucial de la Reforma Protestante. Martín Lutero fue liberado de sus tormentos de conciencia en el convento donde se auto-laceraba buscando justificación cuando leyó: El Justo por la fe vivirá (Romanos 1:17)
El “Principio Material” de la Reforma fue la justificación solamente por fe. 
La Confesión de Fe Westminster establece, “La Fe, así recibida y reposada en Cristo y su justicia, es el único instrumento de justificación; aunque esta no está actúa sola en la persona justificada, sino que está siempre acompañada de todas las demás gracias salvíficas; no siendo una Fe muerta, sino mas bien, una Fe que obra por el amor” (Cap. XI). 
De la misma manera, la Confesión de Ginebra señaló la necesidad para aquellos justificados por fe diciendo: “Confesamos que la entrada que tenemos a los grandes tesoros y riquezas de la bondad de Dios que nos son aseguradas son por fe; como también, con confianza cierta y seguridad de corazón, creemos en las promesas del evangelio, y recibimos a Jesucristo como nos es ofrecido por el Padre y nos es descrito por medio de la Palabra de Dios” (Artículo 11). 
La justificación es a través de la gracia solamente, por fe solamente debido a Cristo solamente. Este es el artículo por el cual la iglesia se mantiene en pie o cae. Hoy en día este artículo es ignorado, distorsionado o a veces aún negado por líderes, profesores teológicos, académicos y pastores que se creen ser evangélicos. Aparte de que la caída naturaleza humana siempre se ha negado a reconocer la imputación de la santidad de Cristo, las ideas modernas avivan las llamas del descontento con el Evangelio bíblico. Nosotros hemos permitido que este descontento dirija la calidad de nuestro ministerio y lo que estamos predicando.
Muchos miembros del movimiento de crecimiento de iglesias creen que la comprensión sociológica de los miembros de la congregación es tan importante para el éxito del evangelio como las verdades bíblicas que se proclaman. Como resultado de esto, convicciones teológicas son frecuentemente separadas del trabajo del ministerio. La orientación y técnicas de mercadotecnia en la Iglesia nos alejan mucho más, borrando la distinción entre la Palabra bíblica y el mundo, robando la cruz de Cristo de su ofensa, y reduciendo la fe cristiana a los principios y métodos que traen éxito a las corporaciones seculares del mundo.
Mientras la teología de la cruz puede ser creída, estos movimientos en la realidad la despojan de su significado. No hay evangelio excepto el de la sustitución de Cristo por nuestro lugar de tal manera que Dios le imputó a Cristo nuestro pecado e imputó en nosotros la santidad de Cristo. 
Debido a que Cristo recibió el juicio que nosotros merecíamos, por esto nosotros ahora caminamos en su gracia, como aquellos que han sido perdonados para siempre, aceptados y adoptados como hijos de Dios. No hay ninguna base para ser aceptados frente al Santísimo Dios, excepto el trabajo salvífico de Cristo. 
Nuestra aceptación por Dios no depende de nuestro patriotismo, devoción eclesiástica o decencia moral. Solamente depende del trabajo de Cristo. El evangelio declara lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo. El evangelio no declara lo que nosotros podamos hacer para encontrar a Cristo.
Reafirmamos que la justificación es por gracia solamente, a través de fe solamente por Cristo solamente. En la justificación la santidad de Cristo es imputada a nosotros como la única posible satisfacción a la justicia perfecta de Dios.
Negamos que la justificación depende de cualquier mérito encontrado en nosotros, o depende de cualquier infusión de la santidad de Cristo en nosotros, o que una institución se llame iglesia, cuando esta niega o condena esta sola fide.
Gálatas 3:6-11; Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.  Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; Romanos 3:28; Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. Romanos 5:1; Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; Gálatas 5:6; porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. Romanos 5:8-10, Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 19; Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.  Hebreos 10:10,14; En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;  porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 2 Corintios 5:21. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
SOLI DEO GLORIA - SÓLO A DIOS LA GLORIA 
Este lema define la esencia de la adoración a Dios. Una de los grandes logros protestantes fue rescatar la adoración espiritual de la contaminación ritual, idolátrica y supersticiosa en que se encontraba. Más tarde, el movimiento
Puritano terminó de purificar lo que aún restaba. Los puritanos fueron llamados así por su protesta contra la conservación de rituales romanistas en la iglesia de Inglaterra (Anglicana) y por que  reclamaban una adoración más pura para Dios. 
En esencia la adoración debe tener a Dios como el centro. Toda adición no sancionada por la Escritura fue desechada por los verdaderos protestantes. El entretenimiento así como el gusto y la complacencia personal no tienen lugar en la adoración a Dios.
Hoy día la protesta no es contra poderes estatales como los que querían detener la Reforma en el siglo dieciséis. La protesta hoy debe ser contra la degradación del cristianismo bíblico. Y esa degradación ha venido en la medida en que la iglesia ha abandonado o ha violado los principios expresados en las "cinco solas". 
La Reforma recupero la enseñanza bíblica de la soberanía de Dios sobre todos los aspectos de la vida del creyente. Toda la vida deberá ser vivida para la gloria de Dios. 
Como pregunta el Catecismo Menor de Westminster, “¿Cuál es el fin principal del hombre?” Y responde: “El fin principal del hombre es el de glorificar a Dios, y gozar de Él para siempre”.
Este gran y apasionado propósito fue enfatizado por aquellos en el Siglo 16 y 17 que buscaban reformar a la Iglesia de acuerdo a la Palabra de Dios. En contraste a la división monástica de vida de lo sagrado contra lo secular perpetuado por la Iglesia Romana, los reformadores vieron que toda la vida debe ser vivida bajo el Señorío de Cristo. Cada actividad del cristiano ha de ser santificado para la gloria de Dios.
Cuando en la iglesia la autoridad bíblica se ha perdido, Cristo se ha desplazado, el evangelio se ha distorsionado, o la fe se ha pervertido, siempre ha sido por una razón: nuestros intereses han desplazado los intereses de Dios y entonces hacemos su trabajo según nuestros intereses y como nos plazca. La pérdida de la centralidad de Dios en la vida de la Iglesia de hoy es un hecho común y lamentable. Esta pérdida es la que nos permite transformar adoración en entretenimiento, la predicación del evangelio en mercadeo, fe y creencia en técnicas, la gracia de Dios en libertinaje, y fidelidad en éxito o sentimientos de haber obtenido santidad. Como resultado de esto, Dios, Cristo y la Biblia comienzan a tener poco significado para nosotros y no tienen tanta influencia sobre nuestras vidas.
Dios no existe para satisfacer ambiciones humanas, deseos y apetitos de consumidores o nuestros intereses espirituales privados. Debemos enfocarnos en Dios en nuestra adoración, en lugar de buscar en la adoración la satisfacción de nuestras necesidades personales. Dios es soberano en adoración; nosotros no lo somos. Nuestra preocupación absoluta debe ser por el reino y la gloria de Dios, no por nuestros imperios, popularidad o éxito.
Reafirmamos que debido a que la salvación viene de Dios y ha sido obtenida por Dios, ésta es para la gloria de Dios y que debemos glorificarlo a Él siempre. Debemos vivir nuestra vida completa en la presencia de Dios, bajo la autoridad de Dios y solamente para su gloria.
Negamos que nosotros podemos propiamente glorificar a Dios si nuestra adoración es confundida con entretenimiento, si descuidamos la LEY o el EVANGELIO en la predicación, o si auto-superación, auto-estima o satisfacción propia se han convertido en alternativas para el evangelio.
1 Corintios 10:31; Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.  1 Pedro 4:11; Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. Romanos 11:36; Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén. Apocalipsis 1:6; y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.  2 Pedro 3:18; Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.  Efesios 3:21; a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. Apocalipsis 7:12; diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén. Apocalipsis 4:9-11. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.